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Cinco cosas que debes saber sobre la adicción al sexo

No cabe duda de que el sexo continua siendo un gran tabú para nuestra sociedad, y en ese sentido, la adicción a este lo es aún todavía más.

La manera en que cada persona disfruta su intimidad hace parte de su vida privada, sin embargo, existen algunos síntomas que permiten identificar cuándo alguien tiene una adicción por el sexo.


Según el doctor Rolando Salazar Sarmiento, Decano de la Facultad Psicología de la Fundación Universitaria Sanitas, “Las personas pueden disfrutar de una alta actividad sexo genital de manera responsable. No obstante, cuando el ejercicio sexo genital se asume con un impulso incontrolable o con el abandono de otras dimensiones de la existencia humana, es factible evidenciar una problemática que implica posibles afectaciones biológicas e impactos psicológicos por dificultades de establecimiento de vínculos afectivos”.

A continuación, cinco aspectos sobre la adicción al sexo que se deben tener presentes.


1. ¿Existen personas adictas al sexo? Si, existen personas con un alto nivel de impulso hacia la actividad sexo genital, lo cual podría llamarse “adictos al sexo”.


2. ¿Qué determina el deseo sexual de una persona? El deseo sexual es un impulso en el que confluyen factores biológicos, psicológicos y culturales. Es decir, el deseo sexo genital se encuentra regulado por un instinto o pulsión inicialmente biológica que termina siendo controlada, en alguna medida, por aquellas características de personalidad que se expresan en el marco de la cultura en la que se desenvuelve la persona.

3. ¿Cómo varía el deseo sexual en hombres y mujeres? Las diferencias por género en la actividad sexo genital, se encuentran definidas inicialmente por aspectos psicoculturales que se definen en los procesos de socialización y crianza.


Por lo general, la cultura indica a cada género lo que se espera de su conducta privada y social, influyendo así en la manera como las personas piensan, sienten y actúan. De esta manera, también se definen las dimensiones afectivas, eróticas y reproductivas de la sexualidad. 


En culturas como la nuestra, son marcadas las diferencias entre lo masculino y lo femenino, dando, por cultura, mayores libertades a lo masculino y menores posibilidades a lo femenino, en términos de juicios de valor sobre el ejercicio de la genitalidad y por ende de la sexualidad. 


4. ¿El exceso de sexo puede tener alguna repercusión negativa a nivel físico o psicológico? La definición del concepto de “exceso” implica una valoración subjetiva de la realidad y de la experiencia. Existen personas que pueden disfrutar de una alta actividad sexo genital bajo condiciones sanas y saludables, con lo cual se considera que ejercen a plenitud sus derechos y responsabilidades sexuales y reproductivas. 


No obstante, cuando el ejercicio sexo genital se asume sin niveles de responsabilidad expresando conductas de riesgo como la promiscuidad sin protección, el impulso incontrolable y el abandono de otras dimensiones de la existencia humana, es factible evidenciar una problemática que implica afectaciones biológicas como el contagio de enfermedades de trasmisión sexual e impactos psicológicos por dificultades de establecimiento de vínculos afectivos.

5. ¿Cómo se puede identificar una adicción al sexo? Toda adicción implica la evidencia de una conducta compulsiva, repetitiva y descontrolada sobre la cual la persona no tiene suficientes niveles de conciencia.

La compulsión implica, en el caso del ejercicio sexo genital, una permanente búsqueda indiscriminada de actividad sexual que se ejerce sin sentido finito de satisfacción.


Quien es adicto al sexo mantendrá sentimientos y necesidades que cree cubrir a través del encuentro sexual, pero que no logra colmar, por lo cual tendrá en su conducta un ciclo repetitivo de búsqueda, “acción sexual”, sentimiento insatisfacción y nueva búsqueda de la acción sexo genital.


En este plano es importante considerar que cualquier adicción se plasma como compulsión a la repetición sobre un objeto que representa un conflicto intrapsíquico cuyo significado es absolutamente individual. Es decir, la adicción es un síntoma que tiene un objeto adictivo, en este caso el sexo, y que representa la expresión de problemáticas absolutamente personales consolidadas en la historia de vida.

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